martes, 2 de enero de 2007

NUESTRO PÁRROCO




BIOGRAFÍA DE NUESTRO PÁRROCO

Nació el 23 de marzo de 1942, en el distrito de Huaquirca, provincia de Apurímac, hijo de don Oswaldo Casaverde y doña Sara Marín, siendo el séptimo de 13 hermanos.

A los 12 años es admitido en el seminario de San Antonio Abad, de la ciudad del Cuzco, donde cursó estudios de secundaria y filosofía.

A los 19 años es enviado becado a Canadá, para realizar estudios de teología en el Grand Seminaire de Saint Boniface, en la ciudad de Manitoba.

A los 24 años, el 29 de mayo de 1966, fue ordenado sacerdote en la Basílica Catedral de Saint Boniface, en Manitoba, Canadá.

En el mes de julio del mismo año, llega al Perú y en la ciudad de Abancay celebra la primera misa contando con la presencia de su Mentor Monseñor Alcides Mendoza Castro, Obispo de Abancay; padres, hermanos y feligresía.

El 24 de julio, llega a su pueblo natal, Huaquirca. El 25 de julio (fiesta de Santiago Apóstol), celebra la primera misa en el templo donde fue bautizado, ceremonia significativa para su familia y su pueblo.

En la diócesis de Abancay trabajó durante tres años como vicario de la parroquia del Sagrario de Abancay y como capellán de la cárcel de Abancay. Fundó el club juvenil denominado “Vínculo juvenil abanquino” de esa ciudad.

En el año 1969 fue trasladado a Chosica, al seminario de los Santos Apóstoles, dirigido por los misioneros de los Santos Apóstoles, congregación canadiense, donde fue profesor y director espiritual.

En 1972 fue nombrado primer párroco de la parroquia María Madre del Pueblo de Dios, ubicado en la falda del cerro San Cristóbal en el Rímac, donde fundó una posta médica parroquial. También fue nombrado capellán de la Guardia Republicana del Perú.

En 1976 viaja nuevamente a Canadá para realizar estudios de cooperativismo en el Institut Desjardins en la ciudad de Levis, provincia de Québec. A su regreso, el cardenal Juan Landázuri Rickets lo nombra capellán del Penal de Lurigancho.

En el año 1980 es nombrado párroco de la parroquia de San Pedro, en el balneario de Ancón. Posteriormente es nombrado párroco de la parroquia Santa Cruz Vitarte, para luego ser trasladado a la parroquia Santísimo Redentor en la urbanización Ingeniería del distrito de San Martín de Porres. Después de dos años es nombrado párroco de la parroquia Santa Rosa de Lima en Lince, donde permaneció por once años.

En el año 1984 el cardenal Augusto Vargas Alzamora lo nombra canónigo de la Basílica Metropolitana, en mérito a su brillante servicio a la Iglesia. Ese mismo año el Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal del Perú acordó nombrar a monseñor Octavio Casaverde Marín secretario ejecutivo dela Comisión Episcopal del clero.

En 1997 el cardenal Augusto Vargas Alzamora lo nombra vicario general de la arquidiócesis de Lima, en mérito a su destacada labor apostólica.

El arzobispo cardenal Juan Luis Cipriani Thorne lo ratifica como vicario general por un año y es nombrado párroco de la parroquia La Santísima Cruz de Barranco. Concluidos sus servicios como vicario general, es nombrado vicario episcopal y responsable de la Pastoral de la Salud Arquidiocesana y de los centros penitenciales que se encuentran en la jurisdicción de la arquidiócesis de Lima.

En el año 2004 viaja a Canadá por un año a realizar estudios de Espiritualidad, Biblia y Pastoral, en la ciudad de Québec.

A su regreso el cardenal Juan Luis Cipriani lo nombra párroco de la parroquia Santa María Madre de la Iglesia de Jesús María, donde lo tenemos actualmente.


LABOR APOSTÓLICA DE MONSEÑOR OCTAVIO

La labor apostólica y social que ha prestado monseñor Octavio Casaverde Marín, ha sido orientar y servir en la comunidades donde él trabajó, desempeñándose como docente y director espiritual de futuros sacerdotes en el seminario de los Santos Apóstoles en Chosica.

Trabajó en distintos lugares de nuestro país, especialmente en Abancay, como misionero y orientador de jóvenes abanquinos. En las parroquias se ha dedicado a las necesidades de sus feligreses apoyándolos y evangelizándolos.

Durante el tiempo que sirvió como capellán del penal de Lurigancho, llevó la palabra de Dios y fue el apoyo espiritual de los presos.


CUALIDADES DE MONSEÑOR OCTAVIO

Los valores éticos que se pueden destacar de monseñor Octavio son: sencillez, carisma y honestidad, predominando en él el servicio a los demás, la justicia, la lealtad y firmeza con que ayuda a sus feligreses.

Por esto podemos decir que monseñor Octavio, es un SACERDOTE DE VOCACIÓN.

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